Conociendo sobre el Año de la fe/ noviembre

NOVIEMBRE

Pequeñas gotas de conocimiento sobre el Año de Fe

 Algunos extractos de la  HOMILÍA DEL SANTO PADRE AL INICIO DEL AÑO DE LA FE

La Iglesia, siguiendo la voz del sucesor de Pedro, desea que todos los fieles reafirmemos nuestra adhesión a Jesucristo, que meditemos con mayor profundidad en las verdades que Dios nos ha revelado, que renovemos el afán cotidiano de seguir con alegría el camino que nos ha marcado, y que a la vez nos esforcemos más por darle a conocer con el apostolado a otras personas. Agradezcamos ya desde ahora a la Trinidad Santísima las abundantes ayudas que —estoy seguro— derramará sobre las almas en los próximos meses; nada más lógico, por tanto, que sepamos corresponder a esas bondades del Cielo.

Me propongo referirme cada mes a algún punto de nuestra fe católica para que cada una, cada uno, reflexione sobre ese tema en la presencia de Dios y trate de sacar consecuencias prácticas. Como recomienda el Santo Padre, detengámonos en los artículos de la fe contenidos en el Credo. Porque, se pregunta Benedicto XVI, ¿dónde hallamos la fórmula esencial de la fe? ¿Dónde encontramos las verdades que nos han sido fielmente transmitidas y que constituyen la luz para nuestra vida cotidiana? El mismo Papa nos ofrece la respuesta: en el Credo, en la Profesión de fe o Símbolo de la fe nos enlazamos al acontecimiento originario de la Persona y de la historia de Jesús de Nazaret; se hace concreto lo que el Apóstol de los gentiles decía a los cristianos de Corinto: "Os transmití en primer lugar lo que yo también recibí (...)"(1 Cor 15, 3-4)

 Benedicto XVI ha manifestado su anhelo de que este año sirva a todos para profundizar en las verdades centrales de la fe acerca de Dios, del hombre, de la Iglesia, de toda la realidad social y cósmica, meditando y reflexionando en las afirmaciones del Credo. Y desearía que quedara claro —proseguía— que estos contenidos o verdades de la fe (fides quæ) se vinculan directamente a nuestra cotidianidad; piden una conversión de la existencia, que da vida a un nuevo modo de creer en Dios (fides qua). Conocer a Dios, encontrarle, profundizar en los rasgos de su rostro, pone en juego nuestra vida, porque Él entra en los dinamismos profundos del ser humano.

La consecuencia es clara: hemos de querer y de esforzarnos para conocer más y mejor la doctrina de Cristo, y así transmitirla a otras personas. Lo conseguiremos, con la ayuda de Dios, deteniéndonos a meditar atentamente los artículos de la fe. No basta un aprendizaje teórico, sino que es preciso descubrir el vínculo profundo entre las verdades que profesamos en el Credo y nuestra existencia cotidiana, a fin de que estas verdades sean —como siempre lo han sido— luz para los pasos de nuestro vivir, agua que rocía las sequedades de nuestro camino, vida que vence ciertos desiertos de la vida contemporánea. En el Credo se injerta la vida moral del cristiano, que ahí encuentra su fundamento y su justificación.

 

 Recemos con piedad o meditemos esta profesión de fe, pidiendo luces al Paráclito para amar y familiarizarnos más con estas verdades.

Para leer el TEXTO COMPLETO DE LA HOMILÍA DEL SANTO PADRE
INICIO DEL AÑO DE LA FE acceder a:

www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2012/10/11/el-papa-abre-el-ano-de-la-fe-reanun


Publicado el: 05 / 11 / 2012 | Categoría: Noticias Altamira al día | Por: orientacion_altamira
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